El debilitamiento de los señores,
de los nobles,
de los poderosos propietarios del dinero,
es una ley de la vida social,
para alcanzar niveles superiores de justicia social
y democracia.
No es tarea fácil,
a Sócrates le costó la vida,
Espartaco fue crucificado,
(hasta el día de hoy
Word de Microsoft no reconoce
este nombre y el sistema
lo subraya con el color rojo),
Los Cátaros murieron en la hoguera.
(Word les niega el acento)
y la Inquisición
(Word reconoce esta palabra perfectamente)
Levantó faldas de bruja.
El viejo Marx (Word lo marca con rojo)
murió en el exilio,
y si no fuese por su buen amigo Engels
(con rojo nuevamente)
habría desfallecido de hambre con su familia,
un método corriente
para haberlo impulsado a aceptar un empleo por un par de libras
o alguna función remunerada
bajo el despotismo de algún jefe algo alterado
porque los funcionarios son algo feos
y visten sin la dignidad del cargo.
A Salvador Allende lo encerraron en muros de fuego
para que se rindiera,
pretendían fotografiarlo con las manos arriba,
y expulsarlo del país a media noche.
(¿se imaginan a Allende con las manos arriba?)
Pervertir las ideas predominantes
que protegen el estado de cosas
es tarea inexcusable,
compleja, difícil,
en la cual no habrá tregua.
Pero tampoco perdón para quienes
en un estado de conciencia más amplia
llevados por la modorra
y el temor
nada hagan por ello.
Mirad por estos días,
la Concertación de Partidos por la Democracia,
que se compró traje nuevo en Almacenes París,
está siendo vilipendiada
(vilmente tratada),
por quienes saquearon
el Estado, robando sus empresas,
y que hoy con corbata de seda
han resuelto tomar ellos directamente
las riendas del asunto.
El debilitamiento de los señores,
de los nobles,
de los poderosos propietarios del dinero,
es una ley de la vida social,
para alcanzar niveles superiores de justicia social
y democracia.
de los nobles,
de los poderosos propietarios del dinero,
es una ley de la vida social,
para alcanzar niveles superiores de justicia social
y democracia.
No es tarea fácil,
a Sócrates le costó la vida,
Espartaco fue crucificado,
(hasta el día de hoy
Word de Microsoft no reconoce
este nombre y el sistema
lo subraya con el color rojo),
Los Cátaros murieron en la hoguera.
(Word les niega el acento)
y la Inquisición
(Word reconoce esta palabra perfectamente)
Levantó faldas de bruja.
El viejo Marx (Word lo marca con rojo)
murió en el exilio,
y si no fuese por su buen amigo Engels
(con rojo nuevamente)
habría desfallecido de hambre con su familia,
un método corriente
para haberlo impulsado a aceptar un empleo por un par de libras
o alguna función remunerada
bajo el despotismo de algún jefe algo alterado
porque los funcionarios son algo feos
y visten sin la dignidad del cargo.
A Salvador Allende lo encerraron en muros de fuego
para que se rindiera,
pretendían fotografiarlo con las manos arriba,
y expulsarlo del país a media noche.
(¿se imaginan a Allende con las manos arriba?)
Pervertir las ideas predominantes
que protegen el estado de cosas
es tarea inexcusable,
compleja, difícil,
en la cual no habrá tregua.
Pero tampoco perdón para quienes
en un estado de conciencia más amplia
llevados por la modorra
y el temor
nada hagan por ello.
Mirad por estos días,
la Concertación de Partidos por la Democracia,
que se compró traje nuevo en Almacenes París,
está siendo vilipendiada
(vilmente tratada),
por quienes saquearon
el Estado, robando sus empresas,
y que hoy con corbata de seda
han resuelto tomar ellos directamente
las riendas del asunto.
El debilitamiento de los señores,
de los nobles,
de los poderosos propietarios del dinero,
es una ley de la vida social,
para alcanzar niveles superiores de justicia social
y democracia.